Sabemos que muchas veces, durante las experiencias que hemos diseñado, pueden aparecer cambios. Esto nos lleva a iterar la presentación en el momento y estar abiertos a improvisar.
Es por eso que…
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👀 Observar y analizar a nuestra audiencia nos ayuda a la:
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- Adaptación al nivel de energía: Al observar a tu audiencia, puedes evaluar su nivel de energía y adaptar las actividades en consecuencia. Si notas que están entusiasmados y motivados, puedes aprovechar esa energía para impulsar desafíos más ambiciosos. Por otro lado, si percibes que están cansados o desconectados, puedes introducir actividades más dinámicas o realizar pausas para recargar energías.
- Detección de confusiones o frustraciones: La observación constante te permite detectar cualquier confusión o frustración que pueda surgir entre los participantes. Si notas que hay ciertas áreas en las que están teniendo dificultades, puedes intervenir de inmediato para aclarar conceptos, proporcionar ejemplos adicionales o brindar apoyo adicional. De esta manera, evitas que los participantes se desmotiven o se sientan abrumados, y mantienes un ambiente de aprendizaje positivo.
- Estímulo de la participación activa: Observar a tu audiencia te ayuda a identificar qué participantes están más activamente comprometidos y cuáles podrían necesitar un estímulo adicional para participar. Puedes dirigir preguntas específicas a aquellos que parecen más callados o animar a todos a compartir sus ideas y perspectivas. Al fomentar la participación activa de todos, se promueve un intercambio de ideas más rico y diverso.
- Ajuste de ritmo y secuencia: La observación de la audiencia te permite evaluar el ritmo y la secuencia de las actividades. Si percibes que los participantes están avanzando rápidamente y muestran comprensión, puedes acelerar el ritmo y abordar temas más avanzados. Por otro lado, si notas que hay confusiones o que el grupo necesita más tiempo para asimilar ciertos conceptos, puedes ralentizar el ritmo y proporcionar más explicaciones o ejemplos.
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💪 Te dejamos tips para estar abierto a improvisar en cualquier experiencia.
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- Que no se note que estás improvisando, mantén la calma y confía en tus habilidades como facilitador.
- Sé flexible y dispuesto a adaptarte a las necesidades del grupo.
- Escucha activamente a los participantes y utiliza sus aportes para generar discusiones y actividades adicionales.
- Sé creativo al pensar rápidamente en recursos y técnicas para abordar situaciones inesperadas.
- Confía en tu conocimiento y experiencia como experto en el tema.
- Evalúa y ajusta tu enfoque según los resultados y la retroalimentación obtenida.
Recuerda disfrutar del proceso de improvisación y facilitación, y aprovecha las oportunidades para fomentar un ambiente de aprendizaje estimulante y efectivo.